
Poesía por Sebastián Velasco Rallo. Fotografía por Juan Pablo Bernardi.
Te miro y veo dos botellas de agua.
Encima, un calabazo con betún
Y dos resquicios negros en el fondo.
Su gota de pintura lenta,
En donde te veo,
En mí desaparece.
Es una mirada honda,
En la que perseguí al mar.
Fue un eco incipiente,
Que me llevó al río
Y me hizo sombras en el agua.
Ahí, cerré los ojos y encontré
La música de un sendero en donde pude ver
El deseo perdido en la ciudad;
La noche incendiando la llanura.
Y a pesar del ruido,
A pesar de la sombra que me persigue,
En tu cuerpo hallaré siempre
Un quiosco en el bosque.
Y en el ojo del cuarzo,
Las camelias que te ahogan.
Te amo, Rosalía.
Tu siempre has sido
Mi reflejo.