
Ilustración de Antonio Dagnino y poesía por encargo de Gabriela García Landa.
Cruzaría las calles de una distopía para saludar, me enfrentaría a los zombies -como superhéroe- y mentiría para no tener que dar explicaciones. Habiéndolos vencido y con la posibilidad de tomarte de la mano gritaría a los cuatro vientos que arriesgaría la vida por besarte. Querría ver la reacción de todos desde sus balcones. Querría ver si la vecina se alegra del inicio de un amor joven o si al menos se percata de que hoy salió el sol, de que se acabó la primavera, pero aún canta el ruiseñor y las abejas aún revolotean. Los girasoles están contentos y a mí me invade la emoción. Se me nota en la sonrisa, en el aumento de mi carácter soñador que hoy se levanta con ganas de enseñarte nuevos multiversos, una galaxia desconocida aunque sea mediante al monitor. Arriesgaría la vida por mostrarte un mundo que gracias a tu presencia hasta entre paredes ha despertado y me parece encantador. Pero sobre todo, arriesgaría la vida por besarte, por sentir la magia del primer contacto, del inicio de una historia. Arriesgaría la vida por sentir un Big Bang dentro y de tu mano crear un nuevo multiverso.